Se trata de un bosque de castaños de singular formación de fustes delgados y muy largos que deja en espacios abiertos ejemplares de grandes dimensiones.
En este variado recorrido has disfrutado de un ecosistema variado, robledal, pinar de pinos piñoreros, cascalbos y por supuesto castaños, los ejemplares que pintan nuestras sierras y laderas de colores mágicos y vivos que cambian con el paso de las estaciones.
Los castaños además nos ofrecen frutos y una variedad de apreciadas setas que harán las delicias de los aficionados a la micología.
LAS SETAS DE PRIMAVERA EN EL CASTAÑAR
En referencia al mundo micológico son muchas las especies que aparecen en estos bosques de castaños, las principales setas comestibles que podemos encontrar ahora, es decir, en primavera son las siguientes: Boletus aereus, Boletus regius, Boletus aestivalis, Cantharellus cibarius, Amanita rubescens y alguna más.
Más adelante en otoño se pueden dejar ver los deliciosos Boletus edulis y Amanita caesarea.
Como se puede observar, todas las setas nombradas son de suelos ácidos y es que esta especie de árbol requiere un tipo de suelo rico en silíceos.
Por tanto no dejes de visitar el castañar más cercano que tengas, además de un bosque mágico, puedes llevarte alguna sorpresa en forma de seta a casa.
LAS CASTAÑAS. 10 propiedades que te sorprenderán.
1. A pesar de ser un fruto seco, se parece más a un cereal
Su composición es muy chocante si se tiene en cuenta que se trata de un fruto seco, ya que son mucho más similares a un cereal. El motivo es que su carne es harinosa, con un 44% de hidratos de carbono y tan solo 1,25% de materia grasa y un 1,63% de proteína.
2. Son mayoritariamente agua
El 52% de las castañas es agua, lo que las hace en realidad un fruto seco con un contenido calórico muy bajo. Por otro lado, si las consumimos asadas debemos tener en cuenta que perderán parte de su agua, pero su baja digestibilidad -son muy harinosas- también hará que las comamos con mesura.
3. Son ricas en fibra
Además, buena parte de los hidratos son fibra tanto insoluble como soluble, lo que hace que retrasen mucho la absorción de azúcares libres. A pesar de su dulce sabor, son aptas con moderación para los diabéticos. Si unimos a que no suben el índice glucémico su bajo poder calórico, estaremos ante uno de los frutos secos más indicados para acompañar una dieta.
4. Se pueden comer crudas
En efecto, aunque lo normal es consumirlas asadas, se pueden comer crudas, aunque por su alto contenido en taninos y fibra insoluble se pueden hacer demasiado indigestas. Si se comen crudas, la ventaja es que el fruto conserva todo el rango de vitaminas: C y buena parte de las catalogadas en el grupo B, así como ácido fólico. Se recomienda para ello dejarlas almacenadas de siete a diez días tras la recolección para que baje el índice tánico, así como consumirlas con moderación.
5. Es muy importante masticarlas bien
Al ser ricas en almidón, su estructura es muy harinosa; para que el almidón libere los azúcares que le dan el sabor agradable, es necesario que las enzimas de la saliva lo descompongan poco a poco. A ello ayuda una masticación pausada donde se mezcle bien el alimento.
6. Tienen un potente efecto laxante
Tanto por la presencia de altos contenidos de fibra insoluble y taninos como por su bajo índice en grasas, al estimular en la vesícula biliar la producción de sales biliares, estas no incidirán en la captación de grasas sino que pasarán a estimular los movimientos del tránsito intestinal, favoreciendo la deposición en personas con problemas de estreñimiento.
7. Son diuréticas
Tienen un importantísimo aporte de potasio -casi medio gramo por cada 100 gramos-, un regulador de la membrana celular que estimula el descenso de la tensión arterial y la diuresis.
8. Previenen los calambres
Aunque no en las proporciones de la leche, el aporte de las castañas de calcio es interesante -120 mg por 100 gramos-, pero sobre todo destaca por los 30 mg de magnesio por 100 gramos que la hacen, junto al aporte de potasio, un fruto seco ideal para prevenir la contracción muscular involuntaria que se produce en los calambres.
9. Se pueden usar para hacer pan
En efecto, al tener una alta proporción de almidón tienen una textura harinosa que permite desecarlas y pelarlas luego con calor, pero sin cocción, para posteriormente molerlas y conseguir la llamada “harina decastañas pilongas”, típica de la zona de Galicia. Con esta harina se suelen elaborar panes y repostería tradicional. En la isla de Córcega se elaboran unas gachas con la harina llamada a polenta y que se comen con queso.
10. Son perfectas para veganos
Además de todas los aportes citados, su alto contenido en fibra, su baja materia grasa y poder calórico, las castañas destacan porque su fracción proteica contiene todos los aminoácidos esenciales para el ser humano, siendo así catalogable como proteína de alta calidad. Dicho esto, cabe destacar que la proteína es solo un 1,63% de la castaña y por tanto su aporte es bajo; pero son interesantes como complemento para personas veganas.